El material recibido en el centro de tratamiento de residuos de Cogersa durante la pasada semana, primera desde que se declaró el estado de alarma por el coronavirus COVID-19, pone de manifiesto algunos cambios de hábitos producidos en la sociedad a causa de esta situación excepcional.

Así, resulta significativo el incremento de los restos hospitalarios, casi un 50 % en volumen y un 20% en peso, creciendo un 20,7% respecto a la semana anterior hasta superar las 18 toneladas. Este aumento se debe, principalmente, a las características del material desechable como batas de un solo uso, mascarillas o gafas.

En este apartado cabe señalar que en el periodo trascurrido de este mes ya se han superado los totales de cada uno de los pasados meses de enero y febrero, con 224,5 toneladas.

El confinamiento de la ciudadanía en los domicilios ha supuesto también un incremento del 11,5% en los residuos orgánicos y de 3,65% en los envases, hasta alcanzar las 241 toneladas. Por contra, el papel y el cartón han descendido un 16% como consecuencia de la disminución una actividad comercial que se ha visto muy afectada por el cierre. Idéntica circunstancia se produce en la hostelería, un sector en el que la inactividad ha supuesto una disminución de casi el 17% en el vidrio recibido en relación a la penúltima semana.

Los puntos limpios tampoco son ajenos a esta situación. En este sentido, la limitación de la movilidad ciudadana refleja una disminución en el uso que se realiza de los mismos en los que, por ejemplo, la recogida de muebles bajó un 63%.