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Vertedero de residuos no peligrosos

El vertedero de residuos no peligrosos de COGERSA recibe los residuos domiciliarios mezclados, los procedentes de la limpieza viaria, y otros residuos no peligrosos de origen industrial, incluidos los residuos comerciales, asimilables a los residuos urbanos y clasificados como no peligrosos.

En 1982, cuando los vertederos que se venían utilizando en Asturias estaban llegando a su fin, varios ayuntamientos del centro de la Comunidad decidieron, con el apoyo del Gobierno del Principado, constituir un Consorcio para solucionar la gestión de sus residuos urbanos con una fórmula mancomunada y solidaria.

La construcción de este vertedero se inició en 1983 con un volumen aprovechable de unos 10,5 millones de m3. En el año 2005 se inauguró una ampliación (2,1 millones de m3) hacia la cabeza del valle de la Zoreda permitiendo la continuidad de vertido respecto al existente en origen. La última ampliación, iniciada en 2010, incrementó su capacidad en otros 3,5 millones de m3.

En total se ha logrado aumentar su capacidad hasta unos 16 millones de metros cúbicos, que es un 50% más de la que tenía aquel primer depósito construido en 1985. Se calcula que con el ritmo actual de llegada de residuos no peligrosos (municipales, industriales asimilables a urbanos y lodos de depuradora, esencialmente) el vaso de vertido se completará entre finales de 2015 y 2016.

Los impactos ambientales más importantes que genera este vertedero, así como las actuaciones que se llevan a cabo en COGERSA para controlar y minimizar estos impactos, son:

    • Lixiviados: las características geológicas del vertedero de 1985, que determinaron su ubicación y extensión, cumplían de forma natural con las condiciones de permeabilidad y espesor exigidas por la Directiva 99/31/CE. En la ampliación del año 2003 y en cumplimiento del Real Decreto 1481/2001de eliminación de residuos mediante depósito en vertedero, se procedió a configurar la impermeabilización del nuevo vaso mediante la superposición de las siguientes capas de distintos materiales sobre las que se apoyan los residuos. Estas capas en orden descendente son:
    • Geotextil de 200 g/cm2 para garantizar el funcionamiento del material drenante.
    • Capa de material drenante (grava) de 0,50 m de espesor
    • Geotextil de 400 g/cm2, para la protección de la lámina de polietileno respecto al material drenante
    • Una lámina de polietileno de alta densidad de 2 mm de espesor, soldada in situ
    • Geotextil de 400 g/cm2, bajo la lámina de polietileno, con objeto de protegerla respecto a la capa de arcillas inmediatamente inferior
    • Capa de arcillas limosas, compacta y de espesor 0,7 m, con un coeficiente de permeabilidad de K<10-9 m/s, procedentes tanto de la zona de ampliación como de préstamos

    • Los lixiviados (o aguas contaminadas) generados en el vertedero se recogen mediante una red de captación en el fondo de vaso, compuesta por una espina de pez longitudinal al vaso y una zona de gravas alrededor de una arqueta. Una serie de tuberías de polietileno trasladan estos lixiviados a la balsa de homogeneización ubicada en el área de tratamiento de lixiviados. En la zona más antigua del vertedero también se construyó una red de captación de lixiviados en su base y a la mitad de su vida útil se realizó una zanja rellena de gravas en el eje del vaso, con el fin de garantizar la evacuación de los lixiviados. Para minimizar la producción de lixiviados, un sistema de cunetas perimetrales evita la entrada de las aguas de escorrentía en el vertedero y conducen estas aguas pluviales hacia los arroyos sin que entren en contacto con los residuos.
      Adicionalmente, el vertedero cuenta con un sistema de lavado de ruedas para evitar la salida de residuos con el tráfico de vehículos. Las aguas de este lava-ruedas se gestionan como aguas a EDAR.
    • Emisiones de biogás/olores: para minimizar la producción de olores y captar adecuadamente el biogás, los residuos se depositan y compactan en capas de 2 a 4 metros de altura que se cubren diariamente con tierras. El vertedero de COGERSA cuenta con una red de captación y aprovechamiento del biogás, que funciona en depresión con el fin de controlar todas las emisiones a la atmósfera.
  • Animales oportunistas: La basura constituye una fuente de recursos fácil, continua y abundante para algunos animales oportunistas. La cubrición diaria de los residuos reduce la aparición de estos animales, pero en el caso de las gaviotas este control no es suficiente ya que una pequeña parte del vertedero (en la que se están descargando y compactando los residuos o frente de vertido), permanece accesible hasta su cubrición. COGERSA mantiene un sistema adicional para el control de gaviotas mediante el uso combinado de técnicas de cetrería con halcones adiestrados y disparos. Este sistema, puesto en marcha en 2005, ha permitido reducir drásticamente el número de gaviotas que acceden al vertedero en un 80% (de 8.000 a 1.000 gaviotas).
    Cogersa Cogersa
    El libro de las gaviotas

Explotación del vertedero

Control de residuos: En la báscula de entrada del complejo de COGERSA se controlan y registran los residuos. Todos los residuos, a excepción de los urbanos entregados por los ayuntamientos, se identifican en cada viaje mediante un documento de aceptación de residuos no peligrosos, previamente solicitado y controlado por los responsables de admisiones. Posteriormente, ya en el vertedero los operarios encargados de la compactación y cubrición de los residuos realizan una comprobación visual de la naturaleza de los materiales descargados, rechazándose aquellos que por su naturaleza no sea autorizado su vertido.

Descarga de los residuos: Los residuos se reciben en vehículos recolectores, camiones de caja abierta y grandes contenedores, que se descargan directamente en el frente de vertido activo según las indicaciones del personal del vertedero. El conductor sitúa su vehículo en la zona de espera, señalizada mediante vallas, hasta que el operario de la máquina compactadora autoriza su avance hacia frente de vertido mediante una señal luminosa. La descarga se efectúa desde la parte superior a la inferior, realizándose con las precauciones adecuadas para reducir la producción de polvo y voladura de residuos ligeros.

Disposición y cubrición: Los residuos se compactan diariamente con maquinaria pesada y se cubre la zona de avance con una capa de tierras (prioritariamente materiales recuperados de la planta RCD). De esta forma se garantiza la estabilidad del frente de vertido y se minimizan los posibles impactos ambientales (olores, animales oportunistas, etc.). Al menos 2 veces por semana se cubre y compacta totalmente el frente del vertedero y los taludes correspondientes.

Control ambiental: además del sistema de explotación del vertedero y los sistemas de control mencionados anteriormente, un exhaustivo plan de vigilancia ambiental se encarga de comprobar que las operaciones se desarrollan con normalidad.

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